El gas en garrafa aumentó por encima del doble de su precio producto de la desregulación de precios que impulsa el gobierno nacional que conduce Javier Milei. Se suma al gran incremento de los alimentos y a la inflación general que se acumula. El resultado es que el salario pierde cada vez mayor poder adquisitivo.
Este nuevo precio de la garrafa afecta además a los sectores más desfavorecidos de la sociedad y a ciertas regiones de nuestro país. Parece que estos usuarios están más desprotegidos que los usuarios del gas por red.
El valor de la garrafa promedio pasó de los 6 mil pesos a los 14 mil. Hay lugares donde se lo comercializa a 10 mil, 12 mil y también hasta 16 o 17 mil pesos. Estos previos corresponden a la garrafa de 10 kilos que es la más popular para cocinar y calefaccionarse.
El gas de garrafa es utilizado por quienes no poseen coexión de gas de red. No solo porque la casa no disponga de una red. Muchas provincias como Corrientes no tienen directamente este servicio, esto también sucede en todo el noreste argentino. Y en aquellas provincias que sí tienen esta infraestructura no alcanza a todos por igual.
En muchas ciudades el gas de red se encuentra disponible en barrios céntricos, no así en los barrios alejados de la ciudad, mucho menos en los casos de barrios con pocos recursos.