El presidente Javier Milei cumplió el viernes con el mandato constitucional de abrir las sesiones del Congreso. No hizo referencias a una crisis económica que pasa del trote al galope. No habló en absoluto de la economía, y se refirió a lo que vendrá para señalar la profundización de un rumbo económico que contronta con la mayoría de los gobernadores, todos los sindicatos y gran parte del empresariado de todo tamaño. No se distingue o no se ve cómo el madatario puede seguir impulsando modificaciones sin consensos. El gran anuncio fue ofrecer a los gobernadores un “pacto de mayo” que tendría antes alguna reunión donde el poder ejecutivo nacional ofrecería liberar fondos a cambio que los gobernadores pongan la firma a transformaciones profundas.
El pacto basado en 10 puntos, mucho de los cuales ya se encuentran en la Constitución, conserva el espíritu del proyecto de “ley ómnibus”. Este proyecto recientemente fue retirado por el presidente a causa que perdió apoyo de los diputados cuando era tratado. Proponía una reforma del Estado profunda, afectando la estructura de funcionamiento federal consagrada en la constitución y (más importante) ponía en extrema dependencia a los gobernadores.
Cuando el proyecto era tratado en diputados, perdió respaldo de los diputados. Esto llevó al Poder Ejecutivo, al presidente Milei, a retirar el proyecto en medio del tratamiento. Había llegado allí con un gran esfuerzo. “Todo o nada” razonó el presidente que responsabilizó a los gobernadores y como consecuencia los ahogó interrumpiéndoles las transferencias. Recursos económicos que les corresponden a los gobiernos provinciales.
Este ahogamiento a las provincias, y en especial a la de Buenos Aires, olvida un opcco la historia. De cuando la provincia de Buenos Aires fue la que ahogó al Estado Nacional cuando se separó de la Confederación de provincias, rechazando la forma en que se incorporaba su economía a la del país, obligándose a ceder las rentas de su aduana.
Aunque afirmara que insitirá con la propuesta de reforma del Estado, nada de lo que dijo pareció tener relación con lo que tres paredes más atrás vive cualquier ciduadano en la calle.
De a contingentes, miles de trabajadores de la construcción han sido despedidos, interrumpidos sus contratos. Comercios de todo tipo, y principalmente los que venden insumos para la producción, sufren caídas enormes, superiores al 40% y no tienen perpectivas de mejorar si continúa esta misma política. Ahorrar se ha hecho imposible, principalmente en plazos fijos. Los alquileres trepan sus precios y los alimentos también.
La crisis (que se precipitó notablemente en el gobierno de Alberto Fernández) es cada vez más aguda. Desde que asumió el nuevo gobierno no ha hecho más que acelerarse el deterioro de la economía de los privados. Ahora, empresas de gran porte como Acindar (fabricante de hierro para la obra pública) anunciaron que detendrán su fabricación. La importante fábrica de Villa Constitución, en Santa Fe, por primera vez en muchos años se detendrá. Esa importante urbe industrial está impactada por la decisión de la empresa que ya no puede sostener la producción frente a la caída de la demanda porque el gobierno nacional decidió detener toda la obra pública.
Hoy el gobierno describió por medio del vocero Manuel Adorni los apoyos recibidos. Escuetamente agradeció a “gobernadores, AEA, Centro Exportacion de Cereales, etcétera. Al resto queremos recordarles que es un momento decisivo, los invitamos a sumarse a esta convocatoria”. La cuenta del presidente Milei en Youtube subió el video de Adorni con el título “Adorni aniquiló kirchneristas por el cierre de Télam”.