A los 86 años ha muerto en Italia, Silvio Berlusconi. Fue cuatro veces jefe de Estado, dueño de un poder omnímodo que le propiciaron los medios de comunicación y toda la riqueza que tuvo y ostentó. Condenado, invesigado y absuelto por diversos delitos que incluyen la prostitución de menores y los vínculos con la mafia. El cuadro clínico que le causó la muerte fue una leucemia crónica. Será despedido con un funeral de Estado en el Duomo de Milán, ciudad ubicada al norte del país.
Berlusconi era actualmente senador y se inició como empresario de la construcción en la década de 1970. Se lo considera asimismo creador de la televisión italiana moderna. Fundó el partido Forza Italia en 1994 con el que fue protagonista político.
Tras haber encabezado cuatro períodos en el Ejecutivo (1994-1995; 2001-2005; 2005-2006 y 2008-2011), desde 2022 cumplía su mandato como senador tras haber sido antes eurodiputado tres años, donde fue el mayor de los 705 miembros del Parlamento continental.
Fue pionero entre los políticos populistas de todo el mundo que dieron el salto del fútbol a la política, Berlusconi comandó el club Milan de su ciudad natal desde 1986 y durante 31 años, en los que cosechó 29 títulos y una popularidad que fue uno de los dos pilares para el inicio de su carrera en cargos electivos antes de vender el 99.93% de la sociedad a un grupo chino en 2017 por más de 700 millones de dólares.
De vida convulsionada fuera de la política, el magnate estuvo casado en dos ocasiones: la primera con Carla dall’ Oglio, madre de Pier Silvio y Marina, y la segunda con la actriz Veronica Lario, con quien tuvo tres hijos, Bárbara, Eleonora y Luigi. Con Lario y con Francesca Pascale, una pareja posterior, estuvo involucrado en separaciones millonarias, con las que frecuentó la prensa.
Durante su paso por el poder, popularizó el término «Bunga Bunga», tras una serie de escuchas telefónicas en las que Berlusconi hablaba de sus supuestas proezas sexuales, que derivó en una banalización de las reuniones con menores y prostitutas por las que fue investigado.
En febrero, Berlusconi había sido absuelto en una causa que investigaba la supuesta compra de testigos en un caso conocido como «Ruby Ter«, en el marco de los procesos en su contra por haber pagado por tener sexo con menores de edad en 2010, una de las derivaciones de las investigaciones por orgías en su residencia de la localidad de Arcore.
En el primer proceso, conocido como «Ruby», Berlusconi fue juzgado por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores, delitos por los que fue luego condenado a 7 años e inhabilitado, pero finalmente fue absuelto en 2015 por el Tribunal Supremo.
El segundo proceso, el «Ruby bis», derivó en las condenas por proxenetismo a tres personas cercanas a él: el exdirector de Informativos Emilio Defe, el representante de artistas Lele Mora y la política y actriz Nicole Minetti. Berlusconi siempre se defendió hablando de «generosidad» a la hora de explicar los pagos a las personas involucradas.
Inscrito en la Logia masónica P2 desde 1978, en la carrera de Berlusconi no faltó ninguno de los estereotipos delictivos italianos, ni siquiera los vínculos con la mafia. Así, fue investigado en 1996 por la fiscalía de Palermo, Sicilia, por lavado de dinero y por sus vínculos con la Cosa Nostra, incluidos supuestos pagos semestrales por protección y otros negocios, y un abogado de su confianza, Marcello Dell’Utri, fue condenado a nueve años por asociación mafiosa.
Fuente: Télam
La época de Berlusconi
Durante el gobierno de Berlusconi, se produjo una gran concentración de poder que llevó al italiano Michelángelo Bovero (dosctor en filosofía por la Universidad de Turín) a escribir un célebre análisis que sigue vigente. Llama la atención de la gran concentración de poder que en aquella época se produjo en el Poder Ejecutivo. Así se refirió a que la democracia podría estar «invertida».
«En la medida en que en el vértice se produzca una gran concentración y confusión de poderes, se vaciará completamente de significado la fórmula procedimental democrática según la cual el elector selecciona al elegido: al contrario, será el elegido quien seleccione, o mejor dicho produzca, a su elector. Dicho de otro modo: la elección corre el riesgo de volverse un simple rito de legitimación exterior«, escribió Bovero sobre la Italia de Berlusconi.
Bovero exhibió la existencia de una intención política que «se trata de una tentativa de revertir la democracia haciendo creer precisamente que se le está enderezando, y de inducir a los ciudadanos a volverse de nuevo súbditos haciéndoles creer que están reconquistando la dignidad de soberanos y, por ello, manteniendo las apariencias más vistosas de la democracia. Apariencias engañosas«.
Con respecto a si es esto podría tener éxito en el futuro, Bovero contestó: «a mi parecer esa probabilidad es demasiado alta, incluso intolerable: ella radica, por un lado, en la difundida incultura democrática; más aún, en el analfabetismo político en el que se ha precipitado, por culpa de muchos, o ha sido mantenido un gran número de ciudadanos; por otro lado, en la habilidad burdamente eficaz, o eficazmente burda, para usar colosales medios de información con propósitos de deformación, y para orientar con ilusiones ópticas (teleópticas) los procesos de formación de las opiniones y de las selecciones políticas«.
BOVERO, Michelángelo. «Los desafíos actuales de la democracia». 2012/2020. Disponible aquí