Por Matías Lavallén
Argentina es el mayor consumidor de glifosato, somos el país que más agrotóxicos le pone a sus cultivos, generando así que queden residuos en los alimentos que consumimos a diario. Se han encontrado restos de glifosato en artículos como toallitas femeninas, algodón, frutas, barritas de cereal, cervezas, y una lista interminable de productos que usamos cotidianamente y contienen este venenoso herbicida que usan para el cultivo de la soja.
Los agroquímicos más utilizados en los campos argentinos son el glifosato y el endosulfán, del primero se aplicaron 200 millones de litros en el año 2007, cuando en 1991 sólo se habían aplicado un millón de litros (FOCO, 2008). Todo esto impacta directamente en la salud de quienes habitamos estos suelos envenenados y consumimos su producción contaminada. En Argentina el promedio de pulverización es de 7,6 litros por habitante de herbicidas, y 4,6 litros por habitante de plaguicidas. Tal vez los que lean este artículo comparen con Estados Unidos, por eso les queremos contar que en ese país, se utilizan 0,42 litros.
Es tal el envenenamiento del ecosistema que según estudios realizados por la Universidad de La Plata y el CONICET las lluvias de todo el país tienen una alta concentración de glifosato y atrazina (Se utiliza para controlar el crecimiento de malas hierbas en la agricultura, interfiriendo en el transporte de electrones durante el proceso de la fotosíntesis), 6 de cada 10 verduras compradas en una verdulería de Buenos Aires, dieron positivo en al menos un plaguicida. 8 de cada 10 peces monitoreados en el norte de la provincia de Buenos Aires están contaminados con agrotóxicos. 9 de cada 10 hisopos, tampones y toallitas femeninas contienen residuos de glifosato y estos restos no son inofensivos.
El uso de glifosato causa irritaciones dérmicas y oculares, además de mareos, náuseas, problemas respiratorios y aumento de la presión sanguínea, se ha sugerido que el glifosato es una sustancia cancerígena. En la localidad de San Salvador, en Entre Ríos, el 40% de las muertes están relacionadas con tumores malignos a causa de las pulverizaciones de herbicidas y pesticidas, lo mismo pasa en Monte Maíz (Córdoba), donde 1 de cada 3 vecinos del pueblo fallece a causa de cáncer, los abortos espontáneos superan 3 veces la media nacional, y las malformaciones congénitas son 72% más frecuentes que en el resto del pais. ¿Cuál puede ser la razón de estas terribles estadísticas? En la localidad existen más de 20 galpones que albergan máquinas para fumigar. Pero la aplicación desmedida de glifosato en los cultivos también genera graves consecuencias ambientales, como las que estamos viviendo hoy: temperaturas extremas, sequías que ponen en peligro toda la vida animal y vegetal, y la desertificación de los suelos.
“El uso de agrotóxicos en Argentina y Paraguay es uno de los temas actuales que se debaten en la esfera política, pretendiendo mantener, a escala regional y nacional, una estabilidad económica del ámbito agrario sin considerar sus graves repercusiones tanto a nivel socio-cultural como ambiental. ¿Quiénes son los que más sufren el impacto de estos agrotóxicos? Como siempre los pobladores locales, los campesinos, que a diario están en contacto directo con el cultivo sin medidas de precaución. Se ven así afectados irremediablemente, ya sea por la dispersión de agrotóxicos ocasionada por los vientos o por el escurrimiento del agua afectada que contamina el subsuelo” (ecología.politica.info).
Según Julián Dominguez en una entrevista en Radio 10, en 2023 se prevé una pérdida de alrededor de 17 mil millones de dólares en impuestos a las exportaciones por la mala cosecha a causa de las sequías que azotaron la región más fértil del país. Queda más que claro que el sistema agricultor actual no funciona bajo ningún aspecto. Pareciera que estamos viviendo el apocalipsis, pero aún tenemos una alternativa viable, la agroecología. Migrar hacia un sistema agroecológico será la única y última alternativa para salvar nuestro hábitat. El sistema de cultivo agroecológico se basa en utilizar los elementos que nos brinda la naturaleza y dejar de lado los elementos que impone la industria (plaguicidas y herbicidas), en este sistema más sustentable se utilizan plantas beneficiosas para el control de plagas, dejando de utilizar productos químicos que resultan ser tóxicos para todo ser vivo que tenga contacto con él.
La agroecología es volver atrás en el tiempo y cultivar como lo hacían nuestros ancestros, dejando de lado toda la utilización de químicos inorgánicos, pero viéndolo desde la perspectiva político-económica, ¿es rentable a gran escala? ¿Argentina puede seguir siendo el mayor exportador de soja sin la utilización de agrotóxicos? Creemos que como primera medida, es necesario crear un cordón de protección agroecológica alrededor de nuestros pueblos que están siendo fumigados, para luego avanzar en la discusión de migrar hacia un sistema de cultivo agroecológico intenso.