El anuncio del Decreto de Necesidad y Urgencia que hizo anoche el presidente Milei despertó reclamos espontáneos en diferentes puntos de la Argentina. De fondo el país vive una crisis económica que el actual gobierno agravó con una devaluación que lleva los precios de los alimentos por las nubes.
En la capital la concentración de personas fue multitudinaria. Al principios las manifestaciones fueron barriales y luego se dió una gran concentración frente al Congreso de la Nación que duró hasta la madrugada.
La gente concurrió con cacerolas y cucharas golpeando, reviviendo así el tradicional cacerolazo que en 2001 manifestó el descontento con el presidente de la Rúa quien debió renunciar.
El decreto de Milei propone suprimir instancias y organismos de control para diferentes producciones, sean para consumo interno o exportación. Son más de 300 modificaciones a leyes vigentes vía un decreto.
Esta modalidad de anular una ley o parte de ella vía un decreto es problemática porque se elimina mediante un instrumento exclusivo del presidente (el decreto) no tiene suficiente legitimidad para proceder contra una ley que fue sancionada por mayoría en dos cámaras.
Mientras tanto, los gremios y organizaciones políticas aseguran que se opondrán a las medidas que, por ejemplo, buscan cambiar la legislacion laboral para facilitar despidos.
Pero la gran amenaza son la eliminación de controles a precios y abastecimiento de alimentos en un escenario con una inflación que en diciembre solamente podría escalar el 20 o 30 por ciento.




