Las medidas anunciadas por el gobierno argentino que encabeza el presidente Javier Milei causarán una profundización de la crisis. La mala expectativa de las empresas, el aumento de tarifas anunciado, una devaluación del 120% y aumento de combustibles superior al 65% es el resumen de apenas 96 horas de gobierno. El escenario algunos lo comparan con la hiperinflación de finales de la década de 1980 y en los gobiernos provinciales y municipales la preocupación crece al dimensionar las consecuencias sociales que podría tener en la población, y el trato «directo» que tienen con los ciudadanos.
El rubro alimentos multiplicó sus precios en las últimas dos semanas. Es decir, que más personas pasarán a ser pobres o indigentes, situación que se relaciona a no poder alimentarse o hacerlo deficientemente. El mayor impacto se cree lo absorberán los sectores de ingresos medios, o llamados de clase media, que tenderán a engrosas las filas de los sectores de menores ingresos.
Por eso el jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dijo que su gobierno iba a poner el foco en asistir a los perjudicados: «Vamos a tratar de asistir donde haya hambre todo lo que podamos, he tenido reuniones con la iglesia catolica, con iglesias evangélicas, con organizaciones sociales y de base en las zonas populares. Mucha gente de clase media que no está acostumbrado a pedir y necesitar comida» contestó en una entrevista por TN Noticias.
«Vamos a estar muy atentos al tema del hambre de clase media,ya nos pasó en pandemia, mucha gente que no está acostumbrada«, agregó con una notoria comprensión de lo que vendrá. Igual se delcaró de acuerdo con las medidas del presidente Milei.
Las políticas de contención parecen fundamentales por lo tanto. La pregunta es si el aumento de inversión en la seguridad social (programas, bonos, políticas de ingresos a través de ANSES) servirán para compensar una devaluación e inflación que se aceleró desde que Milei llegó al gobierno. Entre las medidas anunciadas estuvo aumentar asignaciones un 50% mientras la devaluación fue del 120%.
Un punto importante a tener en cuenta es que las políticas de contención de la pobreza son recomendadas y aprobadas por el Fondo Monetario para contrarrestar los programas de reducción de la inversión pública que recomienda.
Entre los intendentes algunos hablan de «austeridad» y promueven el recorte de gastos o el empequeñecimiento de los gabinetes. Otra versión, más nativa de «No hay plata». No todos lo hacen, más allá que reconozcan la obviedad de administrar bien el presupuesto. Hay quienes prefieren poner el acento en la experiencia de gestión y en la búsqueda de alternativas.
En Chivilcoy se produjeron despidos hace unas horas. Fueron 100 en la planta de calzado BicontinentAr. Aunque ahora quedaron en suspenso, la perspectiva empresaria quedó clara. Guillermo Britos, que es intendente gobernando por Primero Chivilcoy, anunció que acompañarían a las familias en lo que hiciera falta. Esa ciudad ya vivió despidos en 2018 cuando la planta exPaquetá (ahora BicontinentAr) debió cerrar.
En el gobierno provincial que conduce Axel Kicillof, se promueven expectativas positivas y es lo que transmite el gobernador que anunció que no detendrá la obra pública. Tampoco ignoran que concretar proyectos será difícil.
La impronta de la gestión de Kicillof pudo verse de manera comparativa con lo sucedido este fin de semana en Bahía Blanca donde fuertes vientos generaron grandes daños materiales y humanos, con la muerte de más de 20 personas por el colapso del gimnasio de un club. Mientras el presidente Milei decidió viajar de relámpago, vestirse con uniforme militar y desearles buena suerte a los bahienses, el gobernador se mantuvo en el lugar, anunció recursos y declaró la emergencia para la región afectada.
Desde las medidas anunciadas, todos coinciden que se aceleró la crsis económica y se cree que hasta ese momento los niveles de pobreza alcanzaban al 60% de los argentinos. El número da la pauta de los resultados del gobierno de Alberto Fernández, y permite estimar si es cierto o no el cálculo de Milei: que ese número podría alcanzar el 90%.
El panorama hace preguntar qué alternativas puede haber para un escenario de alta inflación, multiplicación de precios de los alimentos y caída de la actividad económica acelerada.
Una pregunta o debate político les subyace de fondo, principalmente a la alianza Unión por la Patria. ¿Las políticas de contención son parte del ajuste? Es un debate con tradición, sobre todo para el peronismo.
Algunas miradas entienden que este tipo de políticas alimentarias funcionan como una «anestesia» para que pase este momento duro hasta que mejore. Es posble preguntar ¿alcanzan?